Posteado por: psicologias | marzo 16, 2008

La importancia de conocer el propio cuerpo

Conocer  y aceptar el propio cuerpo es tener mucho ganado en el terreno sexual. Nos comunicamos a través de él, nos representa como personas, nos vincula a otros o por el contrario, nos aísla.

Son numerosos los beneficios que nos genera con respecto a la sexualidad pero, Si no entendemos y aceptamos nuestro cuerpo, ¿como pretendemos que los demás si lo hagan? En una relación sexual tenemos que “desnudarlo” de forma física, mental y espiritual pero si nos regazamos, si no aceptamos lo que tenemos ni lo conocemos, la magia del momento queda truncada por los miedos, inseguridades y falta de saber qué y cómo hacer.

Puedes mirarte desnudo/a  frente al espejo después de una ducha y observar qué zonas de tu cuerpo te parecen más atractivas y, de aquellas que no te lo parezcan tanto, buscar la forma de potenciarlas para sacarles el máximo partido.

También puedes aprovechar cualquier momento de intimidad en casa para pasearte  desnudo/a o con poca ropa y así te irás acostumbrando a sentirlo como algo natural. Si prefieres y eres más atrevido/a, lo  puedes hacer en otros lugares como en una playa o camping nudista.

Otra alternativa es el propio cuidado del cuerpo ya sea a través del baile, el deporte, los masajes o con  modalidades tan beneficiosas como el Yoga o Tai Chi.  Cuidar el cuerpo te ayudará a conocerlo.

Y en sexualidad, la masturbación ya sea a solas o en pareja también te puede proporcionar conocimiento sobre él. Aprendes a saber como debes tocarte para llegar al orgasmo y a conocer todas las fuentes de tu placer. Tocar y acariciar todo el cuerpo, incluido los genitales es una actividad muy sana y beneficiosa que lo recomiendan todos los sexólogos.

Una de las principales ventajas que nos ofrece el conocer el propio cuerpo es la mejora en la calidad en nuestras relaciones sexuales. Conocerse ayuda a que la relación amorosa se convierta en algo espontáneo y natural, aumentando el placer , la sensualidad y erotismo. Las caricias, los besos, los abrazos, el juego erótico se potencian y se da pie a una sexualidad enriquecedora que aleja todos nuestros complejos y bloqueos. Además, disminuimos las posibilidades de sufrir una disfunción sexual como la anorgasmia, el vaginismo o el bajo deseo sexual como consecuencia de la falta de conocimiento corporal.

Ofrecernos la posibilidad de conocer, aceptar y valorar nuestro cuerpo es experimentar con nuevas sensaciones, permitiendo ejercer con total plenitud de nuestra sexualidad..

Blanca Rovira


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